Ejercicio en clase- Trabajo en grupo.
IMPORTANCIA DE APRENDER ÉTICA Y VALORES
De las diversas formas de caracterizar al ser humano a lo largo de la historia destacan, entre las más conocidas las de animal político y sujeto dotado de razón (logos). Es decir, un ser consciente capaz de reconocerse como alguien (yo) en relación con los demás. Un ser libre que actúa por sí mismo y es, consecuentemente, responsable de sus acciones.
El ser humano, mediante reflexión y trabajo modula sus condiciones de origen, instintos, pulsiones, enfrenta condicionamientos, determinismos, estructuras. Construye su carácter y su futuro. Todo ello desde su libertad y racionalidad.
Dado que el ser humano es un todo, en él coexisten de manera dinámica comportamientos racionales, afectivos, sociales, instintivos y morales, así lo marcan los postulados más avanzados de la antropología cultural y la filosofía.
La persona es unidad estructurada y estructurante. El hombre es una totalidad y no solo la suma de partes. La libertad del hombre es la más alta expresión de su persona, en ella reside su autonomía y la posibilidad de vínculos de unidad. Su proyección está caracterizada por el ejercicio de su libertad y creatividad para su realización.
La libertad humana es esfuerzo y progresa gracias al carácter que se expresa al remontar el obstáculo a través de la elección de rutas vitales; en este sentido la elección es un ejercicio liberador que asocia la razón y la voluntad. Implica el asumir la responsabilidad en el contexto en el que se vive, la tensión hacia un nuevo futuro, más que la repetición pasiva de esquemas ya elaborados, la conciencia de poder construir un proyecto para dominar el propio futuro. La creatividad es el primer fruto del compromiso de liberación personal y social. El binomio libertad-creatividad caracteriza el proyecto de maduración del hombre como persona. La formación en competencias, previstas como una combinación dinámica de conocimientos, habilidades, valores y actitudes que la escuela ofrece, en el marco de contextos familiar y social, fortalece la capacidad humana para actuar libre y creativamente de manera firme.
Al describir la estructura fundamental de la persona se reitera que la existencia humana es coexistencia. El hombre existe con relación a otros sujetos, no se halla solo en el mundo ante los objetos. Así las relaciones personales son imposibles sin la libertad y la confianza en los demás, sin valores compartidos, sin cultura respecto a la cual asumir nuestra pertenencia.
En algunos casos, la sociedad de consumo ha endurecido la relación entre personas y la solidaridad se puede transformar en agresividad difusa, aún la prisa y la lícita competencia pueden transformarse en una suerte de relaciones interpersonales escasamente cordiales y cooperativas.
Para lograr una sociedad de rostro verdaderamente humano y el desarrollo de la persona se hace imprescindible la tolerancia. Esta es una actitud de primera importancia para integrarse en una sociedad plural y construir el clima necesario para un diálogo entre personas civilizadas, cultas, libres y responsables que se aceptan a luz de que se aceptan porque se reconocen como seres humanos que desean convivir con base en un diálogo centrado en un plan de comprensión, confianza e igualdad. La tolerancia como respeto activo por los demás es condición e instrumento fundamental para hacer realidad la democracia, la paz y la convivencia basada en la atención a los derechos de todos los hombres.
La concepción de la persona que se expresa antes, nos compromete colaborar desde el espacio escolar con el advenimiento de una sociedad y un hombre renovados. En el espacio globalizado debemos ser capaces de aprovechar las ventajas de la sociedad del conocimiento para promover los valores y actitudes que han de tener la primacía en una sociedad más humana, invariablemente justa y democrática.
Desde la perspectiva de un modelo antropológico, en el cual asumimos que el hombre es un ser que libre y solidariamente participa en la construcción de la realidad social, podemos anticipar un modelo pedagógico centrado en temas tan trascendentes como el desarrollo de valores de respecto a la autonomía y responsabilidad, que favorezca los procesos de colaboración entre iguales y que cultive los principios de la democracia. Igualmente se afirma un modelo curricular que considere: una metodología activa para fomentar el acceso al conocimiento, el trabajo en equipo lo mismo que la atención individualizada y la participación de los alumnos en la gestión de la clase, abierta al concurso de padres y madres del alumnado y aún de la sociedad. En fin: un currículo que sea el origen de un modelo participativo abierto a la colaboración de toda la comunidad educativa de cara a la sociedad a la que aspiramos.
Lo anterior nos permite imaginar la presencia de un hombre renovado con características tan deseables como las siguientes: demócrata convencido, que reconoce el protagonismo de la libertad solidaria, que piensa y actúa en términos de justicia, solidaridad y búsqueda del bien común; un hombre que orienta su vida desde la sensibilidad y empatía para con los otros, desde la continua preocupación y acción por aquellos semejantes que aparecen en condiciones vitales que no corresponden con sus derechos y dignidad; un hombre desalienado, liberado o que intenta al menos consistentemente liberarse de la miseria lo mismo que de la saciedad, que busca el desarrollo personal armonioso y contribuye a crear para cada uno y para todos posibilidades de una vida material equilibrada, expresión de cultura, participación y bienestar en sentido pleno.
Pensamos en un hombre crítico y reflexivo, que con referencia a su raíz más profunda, a la necesidad de crear como ímpetu de vida, se asume como una obra perfectible y continuada y se aboca a la acción responsable; un hombre de la no violencia, que promueve el cambio y que haciendo inseparables la actitud de vanguardia transformadora de la cultura, acuda a fines y medios legítimos, sin renunciar más que a una cosa, la iniquidad de la violencia.
Sostenemos la idea de un hombre con vocación de ser más que de poseer, situado en un proceso de liberación personal y estructural ubicado en su comunidad inmediata, capaz de transformar la naturaleza pero con una actitud vital de respeto que impida su destrucción, un ser que asume como forma de vida la de una convivencia vista como diálogo e interacción libre y responsable para alcanzar la justicia y la paz.
. Formación ética y democracia
La formación ética con orientación ciudadana es un aspecto clave en el desarrollo y sostenimiento de las democracias. Aunque ello no es condición suficiente para mantener la democracia se puede argumentar que es una condición necesaria.
De ahí que la formación ética sea un criterio de primer orden para evaluar la relevancia de los regímenes democráticos, debido a que en ella se pone en juego la autonomía y capacidades de los sujetos para ejercer su autonomía, libertad y responsabilidad en términos sociales y políticos. La educación no es solamente expresión formal de las libertades políticas, sino que en ella se expresan las capacidades reales y potenciales de los sujetos para actuar en todos los órdenes de la vida social. Por esta razón, en el marco de nuestras realidades contemporáneas, la ética y la educación deben pensarse justamente como un sistema procreador y anticipador de la construcción social y cultural de individuos, grupos, asociaciones e instituciones.
En consecuencia, la formación ética debe ser un instrumento estratégico para conciliar el ejercicio de derechos ciudadanos con la vida social, política y moral. La educación debe ser, por lo tanto, un ámbito institucional que, en virtud del conocimiento que produce, asimila, transmite y distribuye, debe crear las condiciones favorables para hacer efectivo el ejercicio de los derechos ciudadanos en el ámbito de la salud, el bienestar social, la cultura, el desarrollo moral, la participación cívica, la economía y las instituciones políticas y de gobierno.
El abordaje de los contenidos éticos no está exento de aspectos polémicos, ya que se puede caer en extremos peligrosos como el adoctrinamiento, el relativismo o el simplismo. Los programas adoctrinantes plantean una educación de máximas morales con el empleo de técnicas que no favorecen la crítica, lo que da lugar a procesos educativos dogmáticos. Los relativistas asumen que cada sujeto es libre de defender los valores que le parezcan más convenientes, visión que puede justificar el genocidio o los delitos de lesa humanidad. Finalmente, las propuestas simplistas vanalizan la educación en valores al grado de reducirla a pegar un cartel en la puerta de la escuela, entonar una canción antes de entrar al salón o colorear un dibujo con alguna situación polémica.
Las reformas educativas de los últimos años en América Latina y en Europa van en la línea del desarrollo moral – racional, enfoque con el cual se pretende fortalecer la autonomía moral del alumnado. Esto supone un proceso previo de adaptación heterónoma a las normas, reglas y convenciones sociales, la construcción racional, crítica y consciente de su propio código ético en el que se incorporan los valores de su sociedad, así como la toma de postura y el juicio moral en situaciones polémicas, tanto como la capacidad de desplegar sus valores en acciones, decisiones e interacciones cotidianas.
Sobre estas bases comunes se han construido propuestas en las que se percibe una gran divergencia en cuanto al lugar que la Formación Cívica y Ética tiene en el currículo: así, en algunos países se han instituido materias específicas sobre educación cívica, en otros ésta ha tomado la forma de temas transversales que se intenta que impregnen todo el currículo, en algunos más se ensaya una combinación de ambas modalidades, en otros se avanza sobre la vía de programas extracurriculares, etcétera.
“garantizar que todos los niños y jóvenes que cursen la educación básica adquieran conocimientos fundamentales, desarrollen las habilidades intelectuales, los valores y las actitudes necesarios para alcanzar una vida personal y familiar plena, ejercer una ciudadanía competente y comprometida, participar en el trabajo productivo”.
Las competencias cívicas y éticas son un conjunto de comportamientos, valores y saberes que favorecen que los sujetos:
- definan de manera autónoma su proyecto personal,
- sustenten sus acciones en valores universales libre y conscientemente asumidos,
- desarrollen su potencial,
- establezcan relaciones sociales basadas en el reconocimiento de la dignidad propia y ajena,
- se asuman como parte activa de su comunidad, de su país y del mundo,
- se comprometan con la defensa de la vida democrática, de la legalidad y la justicia.
Tomado de www.ifie.edu.mx
Después de leer, contestar las siguientes preguntas:
1. ¿Cuál es la idea principal del texto?
2. Escriba algunas ideas secundarias.
3.¿Qué enseñanza me deja la lectura del artículo?
Estudiantes: Jennifer Palencia y Cristhian Mendoza
1. Idea principal del texto:
Aprender y practicar la importancia de ética y valores, como sus derechos y deberes de cada una de las personas y principalmente los valores.
2. Ideas secundarias:
-La educación y la disciplina nos lleva a reconocer la importancia de los valores.
-La amistad y las buenas relaciones son la base de la tolerancia y honestidad.
-El respeto y la responsabilidad son la unión de la creatividad y la sinceridad.
-Los valores y la ética desarrollan su potencial.
3. Lo que aprendimos de la lectura:
Que debemos reconocer nuestros errores, y aprender y practicar y dialogar, enseñar los valores.
Estudiantes: Diego Ferrín, Frank Carrillo, Angie López y Laura Casallas
1. Idea Principal del texto:
Aprender sobre la ética y los valores, también nos habla sobre la moral en la humanidad.
2. Ideas Secundarias:
-Garantizar que todos los niños y jóvenes que adquieran conocimientos de la ética y la moral.
3. Lo que aprendimos de la lectura.
Que la educación no solamente es la expresión formal de las libertades políticas sino que expresan las capacidades reales de los seres humanos. Para actuar en todos los órdenes de la vida social . También que los seres humanos somos libres de actuar como nos gusta y no como las demás personas nos quieran ver.
NOTA:
APRECIADOS ESTUDIANTES RECORDAR QUE EL LIBRO "ÉTICA PARA AMADOR" SE DEBE LEER DE MANERA OBLIGATORIA. (estudiantes de octavo).
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